ACOMPAÑAMIENTOS

Mi trabajo paso a paso
Nota sobre la privacidad:
Los casos que comparto en esta sección son reales, pero se han modificado detalles concretos (nombres, edades, contextos específicos) para proteger la privacidad de las familias acompañadas. Lo importante —el proceso, los aprendizajes y los enfoques utilizados— se mantiene fiel a la experiencia vivida.
La familia que llegó sintiendo que “algo no encajaba”
El punto de partida:
Una familia me contactó después de meses viviendo en modo supervivencia. Su peque de 6 años convertía cada mañana en una batalla, las transiciones eran tormentas emocionales y los días escolares una montaña rusa impredecible.
Los padres oscilaban entre la culpa (“¿será que lo estamos haciendo todo mal?”) y el agotamiento de no entender qué disparaba esas explosiones que parecían surgir de la nada. Habían probado disciplina positiva, rutinas visuales, premios y consecuencias. Nada parecía funcionar de forma sostenida.

Meses 1 y 2: Entender antes que cambiar
No empezamos intentando modificar comportamientos. Empezamos observando y escuchando lo que ese comportamiento estaba comunicando.
Durante nuestras sesiones exploramos:
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Qué precedía realmente a las crisis (no solo el detonante obvio, sino toda la acumulación previa)
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En qué momentos del día su sistema nervioso estaba más disponible
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Cómo procesaba esta criatura los cambios, los sonidos, las texturas
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Qué necesidades específicas tenía su forma particular de estar en el mundo
Pasaron de juzgar el comportamiento a descifrarlo. Aprendieron a convertirse en detectives de su propio hijo.
Meses 3 y 4: Ajustes desde la comprensión
Con esta nueva mirada, comenzaron a hacer cambios graduales:
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Las mañanas se reestructuraron respetando sus tiempos de procesamiento interno, no los horarios “normales”
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Las transiciones se suavizaron con rituales que le daban predictibilidad a su cerebro
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La comunicación cambió: de “tienes que controlarte” a “veo que tu cuerpo necesita algo diferente”
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El entorno se adaptó: menos estímulos abrumadores, más espacios de corregulación y autorregulación
Meses 5 y 6: Consolidación y autonomía
La familia ya no necesitaba acompañamiento regular para navegar los momentos difíciles. Habían desarrollado:
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Capacidad de leer las señales tempranas de desregulación
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Herramientas específicas para acompañar sin escalar
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Confianza en sus decisiones como madres/padres
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Un ritmo familiar propio, no impuesto desde afuera
El resultado:
Las crisis no desaparecieron (ese nunca fue el objetivo), pero ahora tenían sentido. Y la familia sabía cómo transitar cada una con más calma y conexión. Su peque encontró formas de expresar lo que necesitaba antes de colapsar, y sus cuidadores recuperaron la confianza en su intuición.
Pasaron de caminar sobre cáscaras de huevo a tener herramientas reales para sostener a su hijo... y sostenerse entre sí.
Cuando el acompañamiento revela tu propia historia
"No puedo más, y me siento la peor madre del mundo"
Una madre llega completamente agotada después de tres años criando sola a su hijo de 8 años. Las tardes son un ciclo agotador: él llega del colegio desregulado, ella ya está al límite, y ambos terminan en crisis que se retroalimentan.
"Grito más de lo que me gustaría, me siento descontrolada, y luego la culpa me mata. Me siento muy sola en esto."
Sospecha que su hijo podría ser neurodivergente, pero se describe como "muy intensa, muy sensible, siempre he sido así".
El proceso: Reconocerse para acompañar mejor
Primeros meses - El agotamiento tiene historia: Mientras exploramos las desregulaciones de su hijo, emergen patrones

en su propia historia: "Siempre me dijeron que era muy dramática, muy sensible" / "A mí también me costaban los cambios, las multitudes, los sonidos fuertes."
Meses 3-4 - Reconocerse en el espejo: "Cuando entiendo que necesito 20 minutos de silencio al llegar a casa, puedo dármelos antes de que él vuelva del colegio" / "Mis crisis no son falta de paciencia. Es que mi sistema nervioso también se satura."
Meses 4-6 - Herramientas para ambos:
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Rutinas de transición conjunta: 15 minutos cada uno regulándose al llegar a casa
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Herramientas concretas: Canceladores de ruido para saturaciones auditivas, manta de peso para dormir mejor
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Comunicación clara: "Mamá necesita cinco minutos de silencio" / "Hoy tengo poca energía social"
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El concepto de energía finita: Le explica cómo cada decisión, ruido o conversación va gastando energía durante el día
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Reconocimiento mutuo: Al comunicar sus límites, su hijo aprende a decir "tengo la cabeza muy llena" o "necesito estar solo"
Resultado a los 8 meses:
"Por primera vez en años no me siento como una mala madre. Entiendo que criamos desde lo que somos." Lo más transformador: Su hijo aprendió a comunicar sus saturaciones porque vio a su madre modelar esa comunicación. Ahora ambos se anticipan a las crisis en lugar de solo gestionarlas. "No es egoísmo cuidarme, es responsabilidad. Y él está aprendiendo que cuidarse también es su responsabilidad."
Cuando crías siendo neurodivergente (lo sepas o no), la carga de autorregulación es inmensa. En estos acompañamientos trabajamos tanto la comprensión del peque como el autocuidado de quien cuida. El mensaje clave: Tu forma particular de estar en el mundo no es un defecto. Es el punto de partida para criar desde la autenticidad, no desde la culpa.
Si crías en solitario y algo de esta historia resuena contigo, sabes que no estás sola. Hay formas de cuidarte que no implican sacrificarte.
Cuando las altas capacidades ocultan el autismo
"Debería estar agradecida por el PEAC, pero la veo apagada"
Llega una familia con su hija de 9 años, evaluada con altas capacidades intelectuales hace un año. Asiste al PEAC los sábados y supuestamente recibe atención por AACC en el colegio. Pero algo no encaja.
La madre la ve "apagada", mientras el padre cree que "está muy mimada". La niña tiene explosiones emocionales repentinas: llora sin parar, grita que la dejen sola, y luego vuelve a parecer "normal".
"No sabemos qué hacer. Se supone que el PEAC debería ser perfecto para ella, pero cada sábado es una batalla."

El proceso: Más allá de las altas capacidades
Primeros meses - La confianza para decir la verdad: Poco a poco, la niña encuentra espacio para expresar lo que realmente siente: "No me gusta nada el PEAC. Es un suplicio ir. Toda la semana pienso en que el sábado tendré que volver al "segundo colegio" cuando yo solo quiero estar en casa con mis padres."
La pieza que faltaba: Durante nuestras sesiones emerge un patrón típico de niñas autistas con alta inteligencia: años de esfuerzo constante por adaptarse, imitar conductas sociales, seguir normas sin comprenderlas del todo. Su inteligencia se había convertido en una herramienta de camuflaje.
Por fuera parecía una niña "educada", "madura para su edad". Por dentro vivía con ansiedad constante y una sensación de no encajar que se intensificaba cada día.
Meses 3-4 Reconociendo el desgaste acumulado:
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Las explosiones tenían sentido: No eran "berrinches" sino desbordamientos después de días enteros de enmascaramiento
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El PEAC como presión añadida: Un sábado más de tener que "rendir" cuando necesitaba descansar de la semana escolar
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La necesidad real: Tiempo tranquilo en casa, rutinas predecibles, menos demandas sociales
La recomendación clave: Derivamos a evaluación especializada en autismo con profesionales expertos en niñas con alta inteligencia, no con el perfil estereotípico masculino.
Resultado: Doble excepcionalidad identificada
El diagnóstico confirma lo que habíamos intuido: doble excepcionalidad (altas capacidades + autismo).
El cambio en la familia:
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Nueva comprensión: Sus "rarezas" no eran caprichos sino necesidades neurológicas reales
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Decisiones desde el conocimiento: Pausa en el PEAC, adaptaciones escolares específicas para autismo (no solo AACC)
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Estrategias de regulación: Tiempo de "desenmascaramiento" diario, rutinas sensoriales, comunicación directa sobre sus necesidades
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Padre más conectado: Al entender que no era "mimada" sino neurodivergente con doble excepcionalidad, pudo acompañar en lugar de exigir
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Para la niña: Por primera vez en años no tenía que fingir ser quien no era. Podía decir "esto me agobia" sin que la juzgaran como exagerada.
Las niñas autistas con alta inteligencia: Invisibles durante años
Muchas niñas en el espectro con alta capacidad pasan desapercibidas porque su inteligencia las ayuda a "camuflar" sus diferencias. No es que no haya señales: hay intentos constantes de adaptación, gran esfuerzo por parecer "normales" y sensibilidad intensa. Pero desde fuera se ven como niñas "perfectas".
Este perfil oculto necesita:
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Evaluaciones sensibles al género y al enmascaramiento
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Profesionales que entiendan que el autismo femenino se presenta diferente
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Familias que comprendan que alta inteligencia + autismo requiere apoyos específicos
No necesitan aprender a adaptarse mejor. Necesitan poder ser vistas tal como son.
Si reconoces este perfil en tu hija, sabes que no estás imaginando cosas. La doble excepcionalidad existe y merece ser identificada y acompañada adecuadamente.
Cuando los diagnósticos no bastan: Entender para acompañar
"Tiene más rabietas ahora que cuando tenía 2 años"
Llegan dos padres con su hijo de 9 años, diagnosticado tempranamente de autismo y posteriormente TDAH. Ha recibido atención temprana hasta los 6 años, supuestamente tiene adaptaciones en el colegio, y actualmente asiste a varias terapias.
"Fue un niño que no hablaba y ahora habla perfectamente. Las terapias nos sirvieron mucho en su momento, pero ahora sentimos que no le ayudan en nada. Y está peor: más explosiones, más 'rabietas' que cuando era pequeño."
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La sorpresa: Un niño con tantas intervenciones profesionales, pero los padres no conocen su perfil sensorial, no saben cómo se manifiestan realmente el autismo y el TDAH en él, ni qué son las funciones ejecutivas.
El proceso: Empezar desde el conocimiento real
Primeros meses - Construir la base: Derivación urgente a Terapeuta Ocupacional formada específicamente en integración sensorial (presencial, no online). Mientras esperamos la evaluación, comenzamos a transferir información adaptada sobre neurodivergencia, autismo y TDAH.
La revelación del perfil sensorial: Tras la evaluación TO, ayudo a los padres a "traducir" el informe y la dieta sensorial. Por fin entienden por qué las explosiones: sobrecarga sensorial no identificada + demandas ejecutivas no adaptadas.
Meses 3-4 - Cambio de mirada:
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De "mala conducta" a comunicación: Las explosiones eran señales de desbordamiento, no berrinches
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Rescatar los intereses especiales: Habían intentado quitarle su pasión por paradas de metro por consejo de otros profesionales
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Nueva rutina familiar: Un día semanal dedicado a recorrer el metro en familia, validando su conocimiento extraordinario
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Reencuadre positivo: Sus padres hablan con él sobre su neurodivergencia desde sus fortalezas: su memoria impresionante, sus intereses únicos y valiosos.
El cambio clave: "Tu interés por el metro no es algo raro que hay que esconder. Es una forma especial de entender el mundo que pocas personas tienen. Vamos a encontrar otros niños que también tengan intereses profundos."
Resultado a los 6 meses:
Para los padres: Por primera vez en años entendían realmente a su hijo. No solo tenían diagnósticos, sino herramientas para interpretar su comportamiento y apoyar sus necesidades específicas.
Para el niño:
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Menos explosiones: Al respetar su perfil sensorial y validar sus intereses, la presión interna disminuyó
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Conexión social genuina: Encontró otros niños con intereses profundos (no necesariamente metro, pero sí la pasión por conocer a fondo)
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Autoestima recuperada: Su conocimiento del metro pasó de ser "problemático" a ser valorado como experticia
Lo más transformador: El niño dejó de sentir que había algo "malo" en él. Sus padres aprendieron que conocer los
diagnósticos no es lo mismo que entender la neurodivergencia.
Más allá de los diagnósticos: El conocimiento que transforma
Tener diagnósticos no garantiza comprensión. Muchas familias acumulan informes, terapias y adaptaciones sin entender realmente cómo "funciona" el cerebro de su hijo.
Este caso muestra que necesitamos:
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Profesionales que expliquen, no solo diagnostiquen
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Familias que comprendan los perfiles, no solo las etiquetas
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Validación de los intereses especiales como fortalezas, no problemas
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Evaluaciones sensoriales reales, no solo conductuales
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Conocer las funciones ejecutivas y herramientas de apoyo
El mensaje clave: Los intereses profundos y las necesidades sensoriales no son obstáculos para la vida social. Son la puerta de entrada para conexiones auténticas.
Si tu hijo tiene diagnósticos pero sientes que no entiendes realmente cómo acompañarlo, no estás solo. El conocimiento profundo de la neurodivergencia transforma familias.
Cuando el juego libre necesita estructura invisible
"No sabemos si intervenir o dejar que gestionen ellos"
Un equipo de educadoras de una escuela de pedagogía vivencial me contacta completamente desbordadas. Siguen metodología de juego libre con peques de 3-6 años, pero cada día se sienten en la encrucijada: ¿intervenir y estructurar o dejar que gestionen?
"El juego sube de intensidad constantemente. Terminamos interviniendo uno por uno para evitar empujones, gritos, tirones, llantos. Nos sentimos superadas y no sabemos si estamos traicionando nuestra metodología."
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El proceso: Observar antes que cambiar
Fase inicial - Observación estructurada: Propongo varios días de observación para que el grupo se acostumbre a mi presencia. Desarrollo un plan detallado de observación para las educadoras que complemento con mis propias observaciones sistemáticas.
Los hallazgos:
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Sobreestimulación sensorial en momentos clave del día
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Falta de desafíos cognitivos para algunos peques que canalizaban su aburrimiento en disrupción
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Elementos del entorno que generaban inseguridad invisible
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Necesidades sensoriales diversas no contempladas en la organización espacial
Las propuestas implementadas
Estructura invisible:
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Organización temporal más clara sin perder la esencia del juego libre
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Mobiliario redistribuido según sensibilidades detectadas en las infancias
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Detectores de carga sensorial utilizados en 3 momentos del día escolar
Cambios aparentemente pequeños, impacto grande:
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Nueva disposición para comer adaptada a necesidades sensoriales
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Eliminación de herramientas sensoriales inadecuadas sin profesional especializado
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Cambio en normas: permitir objetos de seguridad del exterior (peluches, objetos transicionales) para quienes los necesitaran, reconociendo que son herramientas de autorregulación, no "caprichos"
Desafíos cognitivos diferenciados:
Implementamos propuestas intelectuales más complejas para peques que se aburrían y no recibían el estímulo necesario.
Formación del equipo:
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Taller sobre neurodesarrollo para detectar posibles neurodivergencias
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Herramientas de observación específicas para identificar necesidades no evidentes
Trabajo con familias:
Taller conjunto padres-educadoras sobre procesamiento sensorial y neurodesarrollo adaptado a familias.
Resultado a los 6 meses:
Para las educadoras: "Por fin entendemos que estructura no es lo opuesto a libertad. Ahora sabemos cuándo y cómo intervenir sin traicionar nuestra metodología."
Para el grupo:
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Menos conflictos durante el juego libre
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Mayor autorregulación grupal e individual
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Ambiente más calmado sin perder la espontaneidad
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Inclusión real de peques con diferentes necesidades sensoriales y cognitivas
Lo más transformador: Las educadoras descubrieron que respetar la diversidad neurológica no significa "no hacer nada", sino crear las condiciones para que cada niño pueda desplegar su potencial genuinamente. "Aprendieron técnicas de corregulación que les permitían acompañar individualmente a cada niño que se desregulaba, desde la calma, con anticipación y sin reactividad."
Pedagogía vivencial + Comprensión neurodivergente
Los espacios de juego libre no están reñidos con la estructura cuando esta es invisible y respetuosa. La clave está en que las educadoras dominen técnicas de corregulación individual para acompañar a cada peque cuando lo necesite, desde donde puede emerger progresivamente la autorregulación de cada infancia.
Este caso muestra que necesitamos:
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Formación específica en neurodesarrollo y procesamiento sensorial para acompañantes de pedagogías activas
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Herramientas de observación que detecten necesidades no evidente
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Estructura que sostenga sin coartar
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Trabajo conjunto familias-escuela desde la comprensión de la neurodiversidad y la neurodivergencia
El mensaje clave: La pedagogía respetuosa incluye respetar las diferencias neurológicas y crear condiciones para que cada infancia pueda participar genuinamente.
Si tu proyecto educativo busca ser verdaderamente inclusivo para todas las infancias, la comprensión de la neurodivergencia no es opcional: es fundamental.